Daroca, ciudad medieval

Conforme nos vamos acercando a la histórica ciudad de Daroca podemos apreciar sus montañas, unas verdes con pinos, almendros, viñas…y otras rojas por las arcillas. Al fondo el río Jiloca con frutales, chopos, sauces…

En lo alto el Castillo, vigilando el valle, los torreones y en el fondo… la ciudad abrazada por las murallas con sus puertas monumentales.

Al atravesar sus puertas, nos da la bienvenida su Calle Mayor. El sonido de los adoquines de piedra nos recibe evocando ecos de su historia y su cultura medievales.

Encontramos esparcidas por el casco sus iglesias de piedra y ladrillo. 

Una ciudad para descubrir….¿nos acompañas?

La morica encantada

Corría el año 1.118 cuando nuestro gran rey aragonés Alfonso I el Batallador había reconquistado a los árabes Tarazona, Zaragoza y Calatayud y ya se dirigía a reconquistar la importantísima Darüqa. 

Abén Gama, el rey moro de Darüqa en su castillo mayor estaba muy nervioso, de muy mal genio, temeroso por el avance de los cristianos….

Para animarlo su amigo Zuleika, el mercader, gran potentado, le trajo de Arabia (seguramente del actual Yemen del Norte) a la más hermosa de las mujeres árabes, llamada Melihah (se pronuncia Melijá). Melihah en árabe significa “Rosa Hermosa”.

Todos quedaron prendados de tal belleza, incluido su siervo más importante llamado Omed que se enamora secretamente de ella.

Abén Gama colma de regalos a Melihah, pero ésta nunca se enamora de él y sufre en su dorado encierro. 

Alfonso I envía una avanzadilla de su ejército con el capitán Jaime Díez de Aux al frente por el valle del Jiloca. En su rastreo es apresado por el ejercito del rey moro Aben Gama. Al encerrar a Jaime en las mazmorras (el actual pozo de la morica encantada ), se cruza con Melihah. Ambos quedan enamorados a primera vista y Melihah baja por las noches a visitarlo. Cuando se entera de que el caballero sería colgado de una almena del castillo al día siguiente, abre el portalón del pasadizo secreto y Jaime escapa, prometiendo ambos casarse. El perspicaz Omed, celoso, se entera y corre a contarle a Aben Gama lo que ha ocurrido. Aben Gama atraviesa con una espada el corazón de Melihah y muere.

Las tropas cristianas, conducidas por Jaime de Díez de Aux entran en el castillo Mayor por un pasadizo secreto y reducen al ejército moro, haciendo prisionero a Abén Gama. Cuando Jaime supo el trágico fin de Melihah la tristeza se apodero de su espíritu.

Es tradición que cada noche de luna llena Melihah sale con una antorcha por las murallas de Daroca buscando a su amado.